¿Y qué de la familia…?
Ocurre que, por lo general, todos andamos corriendo y ya no tenemos tiempo para la familia; bajo la excusa de que trabajamos para mantenerla, nos afanamos y poco a poco la hacemos a un lado.
Decimos: Hay que producir y las nuevas disposiciones legales, para los diferentes cargos públicos o privados, nos obligan seguir capacitándonos para no correr el riesgo de quedar fuera de la competencia. De esta forma llegamos a la casa, agotados y sin ganas de compartir con los nuestros, porque hay que utilizar el tiempo para comer algo, leer más y descansar. Nos engañamos creyendo que el fin de semana será el tiempo de la familia, pero al final, aparecen eventos sociales y compromisos que no podemos postergar.
Luego pensamos que ellos también tienen actividades donde nosotros no encajamos y no son más que argumentos que usamos para no sentirnos culpables, pero la verdad es que se nos pasa el tiempo y al no prestarle la atención que necesita nuestra familia, la estamos perdiendo.
Cuántos nos reflejamos en esta realidad? Esta puede ser una oportunidad para hacer un giro que cambie la historia de nuestra familia. No va a ser fácil pero si necesario.
Luego pensamos que ellos también tienen actividades donde nosotros no encajamos y no son más que argumentos que usamos para no sentirnos culpables, pero la verdad es que se nos pasa el tiempo y al no prestarle la atención que necesita nuestra familia, la estamos perdiendo.
- Aprovechar el tiempo y estar con ellos, en todo lo que nos sea posible, desayunando juntos, dejando a un lado el periódico y el teléfono celular, preguntando cómo amanecieron y qué harán. Si es posible verse y almorzar juntos en hora buena!
- Vamos a expresar nuestro amor, diciéndoles lo importante que son para nuestras vidas, el “Te amo” no puede faltar (sino ha sido un hábito tal vez se sorprendan, pero será muy grato)
- Abrazar es necesario para las familias que quieren triunfar, pero el abrazo debe ser largo y fuerte para que mientras ocurra lo puedan disfrutar.
- Si es necesario debemos pedir perdón por la ausencia y comprometernos a mejorar nuestro tiempo de calidad con ellos.
Es importante conversar con nuestra pareja sobre el asunto, para ponernos de acuerdo en la necesidad del mejoramiento familiar. Debemos ser los primeros en intentarlo para que el resto de la familia acepte el desafío (seguramente lo quieren y lo necesitan tanto como nosotros)
Los problemas en la oficina y en el trabajo seguirán pero, nadie nos robará la alegría de disfrutar de la familia con la que hemos soñado.
Debemos recordar que las empresas siguen y nuestro cargo es reemplazable, pero en nuestra casa, nadie puede cubrir la responsabilidad que tenemos, pues nuestros hijos necesitan de padres para protección, para tener ejemplo, para recibir amor.
Una familia feliz hace la diferencia! Si queremos ser parte del cambio en nuestro medio, la familia que formamos es un valioso aporte, pero más que eso es nuestra responsabilidad y privilegio.
Ab. Jenny Carvajal de Herrera